Kayak tour en Jokulsarlon: La review

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Hace nada que volvimos de Islandia y hemos vivido muchísimas aventuras de las que nos gustan en Howlanders. Queremos contarte cómo fue todo y ya te explicamos cómo fue alquilar coche en Islandia así que ahora toca pasar a la acción. Hoy te hablo del tour de kayak en Jokulsarlon, una actividad que hicimos por la laguna glaciar más grande del país y que te aseguro, que fue uno de los mejores recuerdos que me llevo de este viaje. ¡Empezamos!

Llegada al parking de Fjallsárlón, el primer lago

El gran día llegó, y tenía tantas ganas que me levanté de un salto en cuanto sonó el despertador. El tour empezaba a las 13:30 y el hostal donde hicimos noche estaba a dos horas en coche de los lagos glaciares.

Por el camino, hicimos bastantes paradas para hacer fotos. Se veían diferentes lenguas del glaciar, paisajes de lava volcánica cubierta de un verde musgo radiactivo, praderas con muchísimas ovejas y alguna que otra granja. En esta zona del país hay más bien pocos servicios y muy poca vida humana.

Llegamos al parking de Fjallsárlón, el lago más pequeño de los 2 que íbamos a visitar en el día. Llegamos con hambre, así que sacamos nuestro camping gas: un buen café y un almuerzo. Después, estaba todo indicado, así que seguimos las señales por el camino al lago. Se respiraba calma en este lugar a pesar de disponer de una pequeña cafetería, aunque estaba poco transitada.

Mi primera vez en un lago glaciar

Era la primera vez que veía un lago glaciar. No era largo, la verdad, y pude ver la pared de hielo que terminaba donde empezaba el lago. Era tal y como lo esperaba, igual que en películas y documentales. Miles de icebergs de todos los tamaños y colores, tanto grises, como blancos y azules que me fascinaron. ¡Parecían tan limpios!

Llegada al parking de Jökulsárlón

Paseamos bordeando el lago, que cada tres pasos cambiaba la perspectiva de lugar. La superposición de los icebergs hipnotiza, ¡qué belleza! Estábamos a tan solo 15 minutos del parking de Jökulsárlón y como teníamos que llegar con unos minutos de antelación al punto de encuentro, decidimos dar por finalizado el paseo.

Equipación para el tour de kayak en la laguna glaciar

Una vez allí nos presentamos al resto del grupo y empezaron a equiparnos. ¡Vaya trajes! Así era imposible pasar frío, además que el sol nos acompañaba ese día. Dejamos nuestras botas, chaquetas y mochilas en un contenedor que tienen para objetos personales. Después nos pusimos un mono de tirantes con calcetines incorporados, un anorak con cremallera, unas botas de agua y un chaleco salvavidas. ¡Ese traje seco era una maravilla!

Además, nos prestaron también una bolsa seca pequeña perfecta para meter el móvil y la cámara de fotos.

Comienza el tour en kayak por Jökulsárlón

Nos dieron un remo a cada uno y caminamos unos minutos hasta el borde del lago. Allí nos esperaban los kayak y esas vistas que tanto me habían impresionado por el camino. Esta vez el lago era mucho más grande, ya me costaba diferenciar dónde estaba la pared de hielo.

Nuestro guía nos preguntó sobre nuestra experiencia y el grupo era diverso; había quien necesitaba un breve recordatorio, y para otros era nuestra primera vez. En pocos minutos ya estábamos todos preparados, así que me tranquilizó ver que el tour se adaptaba a todos los niveles.

Una vez estábamos todos en el agua dentro de los kayaks por parejas, me tocó capitanear: «¡Ahora dos de izquierda y ahora 4 de derecha que nos desviamos!». El espectáculo de blancos y azules era tan increíble que a veces se me olvidaba remar.

Tras unos minutos, nos encontrábamos en medio del lago rodeados por los icebergs. Me asusta pensar que lo que vemos es solamente una décima parte del iceberg y que el resto está sumergido. En este momento solo escuchábamos el bullicio de los barcos y zodiacs. De repente, en mitad de un silencio absoluto, sonó un crujido ensordecedor: un gran bloque de hielo que teníamos enfrente se rompió y cayó al agua. No puedo explicar la velocidad de mi corazón por la adrenalina y el susto.

Fue una sensación agridulce. Entendía que estábamos en época de deshielo y el curso de la naturaleza sigue. Por un lado me sentía afortunada de poder vivir esa experiencia, pero por otro lado me entristeció pensar en el cambio climático.

Después de esto, el guía nos reunió y nos animó con una reflexión sobre nuestro papel en el mundo. No pudo elegir mejor momento para ello, ¡bravo por él!

Fin de la actividad

De camino a tierra, tuvimos suerte y alguna foca curiosa se asomó a enseñarnos los bigotes. Después de las últimas remadas y tras hora y media de actividad, llegamos al punto inicial donde dejamos los kayaks.

Por último, deshicimos el camino del principio cada uno con nuestros remos e intercambiamos los trajes secos por nuestras pertenencias. ¡Vaya regalo de mañana!

Aquí mismo, en el parking de Jökulsárlón hay baños públicos, varias foodtrucks y una cafetería-restaurante de comida rápida en la que aprovechamos para comer.

Tras un café con vistas al lago, decidimos no mover el coche del parking y recorrer a pie la desembocadura del lago. Este agua llega al mar, a Diamond Beach: una playa de arena negra volcánica que contrasta con los blancos icebergs que migran del lago al mar y que parecen pequeños diamantes. Un espectáculo de la naturaleza.

Hasta aquí mi review del tour en kayak por Jökulsárlón, una de las experiencias más impactantes que he vivido y de los mejores recuerdos que me llevo de Islandia. ¿Te ha dado un poco de envidia? Te animo a vivirlo, ¡merece la pena!